Las No sujeciones, son una serie de directrices que están en pleno auge, para mejorar la vida de los usuarios, en parte por las nuevas regulaciones que obligan a los centros sanitarios a su implantación. Ugari ofrece varias soluciones innovadoras para ayudar con el cumplimiento de estas regulaciones.
¿QUÉ ES UNA SUJECIÓN?
De forma genérica, en el ámbito asistencial se entiende por sujeción cualquier iniciativa que limite la movilidad de una persona en contra de su voluntad.
Esto puede llevarse a cabo a través de numerosas estrategias, como pueden ser las de tipo ambiental (ejemplo: encerrar a alguien en una habitación) o las psicológicas (ej: engañar a la persona para evitar que haga algo). Pero, sin duda, las sujeciones más habituales son las físicas y las farmacológicas, en especial en los centros de personas mayores.
La sujeción física se define como cualquier acción o procedimiento que impida el movimiento libre de una persona para colocarse en la posición que desee y/o que pueda acceder a una parte de su cuerpo mediante el uso de cualquier método que, unido o próximo a su cuerpo, la persona no pueda controlar o retirar con facilidad.
La sujeción química se define como el uso de psicofármacos, independientemente del grupo utilizado y/o de su dosis, que limiten o restrinjan la movilidad y comprometan las actividades de la vida diaria, así como el funcionamiento mental, con el objetivo de controlar una conducta que se considera inadecuada, y siempre que no tenga su base en un trastorno psiquiátrico diagnosticado, sino que se utilicen por conveniencias organizativas y no en beneficio de la persona.
Hasta hace poco el uso de sujeciones físicas ha estado normalizado en la atención a las personas mayores, en especial a las personas mayores con demencia, en aras a prevenir y evitar el riesgo de caídas. Sin embargo, consideramos que son prácticas a extinguir, a pesar de que en España todavía están muy extendidas, ya que confrontan con algunos derechos fundamentales de la persona, como la libertad, y con algunos de los principios y valores básicos como la dignidad, la autonomía, la autoestima y el bienestar personal. Por todo ello, la gestión de las sujeciones se debe realizar desde el enfoque de la Atención Centrada en la Persona, que pone en el centro a la persona cuidada.
La tendencia general es desarrollar medidas que tiendan a la eliminación de las sujeciones y, en todo caso, velar por que su uso sea realmente solo en casos excepcionales.
Para ello es necesario abordar un cambio de la cultura de trabajo en los centros residenciales que ponga el foco en a la atención a la persona, apoyándose en la utilización de ayudas técnicas que faciliten la labor de los profesionales del cuidado.
Fuente: Sociedad Española de Geriatría y Gerontología
Ugari facilita a estos profesionales varias opciones en este sentido que pueden ayudar a la hora de instaurar protocolos de no sujeción.